La elección de una ventana tiene que ir acorde con el tipo de habitación en la que la vayas a poner. Si eliges bien, puedes beneficiarte en muchos aspectos. Así que presta atención a los siguientes consejos porque te ayudarán a orientarte.
La decisión final tiene que ir en concordancia con lo que quieras conseguir de esta estancia. ¿Quieres aislar el ruido porque tal vez esa habitación da a una zona con mucho jaleo? ¿Quieres evitar que entre mucho calor porque fue construida con una orientación en la que da el sol mucho tiempo del día? ¿Es una zona de trabajo? ¿Para dormir? Piensa en todas las posibilidades posibles.
En función de eso, piensa qué material será más práctico para el marco donde irá la ventana: de madera, de aluminio o de PVC. También es importante tener en cuenta el tipo de apertura de la ventana: practicable, corredera, batiente, etc.
Y por último el vidrio, aunque quizá sea el elemento que debes tener más en cuenta ya que unas ventanas con buenos cristales te ayudará a aislar los ruidos y a no dejar pasar el frío o el calor, por lo que creará un clima de completo bienestar o de concentración en el caso de que la vayas a instalar en una superficie destinada a trabajo, estudio o lectura.
Pero, ¿cómo sabes que una ventana es de calidad? Fíjate en el grosor en milímetros. Cuantos más tenga, mejor será la calidad.
Cuál es el mejor material para tus ventanas
Según los expertos, el mejor material es el PVC ya que proporciona un equilibrio entre calidad y precio. Es un excelente aislante acústico y térmico.
Sin embargo, las de aluminio dan la posibilidad de crear grandes ventanales y ventanas correderas. Es un material muy resistente y duradero.
Este es un inconveniente que tienen las que están hechas de madera, que necesitan cuidado y mantenimiento porque tienen más posibilidades de deteriorarse. Es también un buen aislante térmico y acústico, pero de un precio más elevado comparada con las de PVC y las de aluminio.
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